miércoles, 14 de septiembre de 2011

Warehouse 13 (contiene cierto grado de spoilers pero no sobre tramas)

Warehouse 13, en España traducida como Almacén 13, es una serie de ciencia ficción que actualmente está emitiendo su tercera temporada. Aunque he de reconocer que no es la mejor serie de la historia, he de admitir que se convierte con facilidad en una serie que gusta ver. Es agradable, divertida y para toda la familia.

La trama empieza cuando un par de agentes del FBI (Peter Lattimer y Myka Bering) son transferidos, de la noche a la mañana, a un nuevo destino ¿Su nuevo trabajo? Proteger y aprovisionar el almacén número trece, lugar (actualmente situado en Dakota del Sur), repleto de artilugios con mucho poder, o dicho de otra forma, es el almacén encargado de encerrar cientos y cientos de artefactos que durante años han almacenado el poder de sus anteriores dueños y que ahora son peligrosos (si caen en malas manos o en manos inexpertas). Como ejemplo podríamos poner; los zapatos de Richard Nixon, que causa paranoia al portador induciéndolo al sabotaje o el cepillo de pelo de Marilyn Monroe, que vuelve rubio platino a quien lo usa (si vale no todos los objetos son peligrosos). Antes que este, han habido doce (como su propio nombre indica), siempre situados en países poderosos y a lo largo de la historia. La función de los agentes Peter y Myka a partir de ahora será; detectar los artefactos cuando alguien los este usando, encontrarlos, arrebatárselos a sus actuales dueños y  neutralizarlos (o sea, meterlos en unas bolsas muy raras usando unos guantes lilas muy estrambóticos).




Pero lo mejor de la serie, no son las historias que cuenta (por mucho que diviertan), ni los efectos especiales (no, no), sino los diálogos. Da igual lo que pase en pantalla, mientras no dejen nunca de hablar. Son veloces, graciosos y hasta cierto punto tontainas. Pero hacen gracia y en esta serie, que no se toma muy en serio a si misma (salvo en contadas ocasiones en los que se aportan tintes algo dramáticos) eso es lo principal. Divierte y lo hace con creces. Claro que hay que valorarla acorde con las series que suelen estrenarse y sobrevivir al verano. Series ligeras, divertidas que buscan entretener y poco mas. Es decir, no es Lost, ni busca serlo. No hay grandes enigmas, suelen dar una solución a los problemas que se plantean al principio de cada episodio al finalizar este y juegan con la relación entre la pareja protagonista desde el principio. Aunque a veces no se sepa si son mas colegas de copas, un par de hermanos gamberros o futura pareja romántica. El resto de personajes, cumplen su función; ni aburren, ni los guionistas se olvidan de ellos. Lo que se agradece. De hecho, todos se combinan tan bien, que se hace difícil determinar quien es mas necesario para el correcto desarrollo de la trama. A medida que pasan los capítulos, se van añadiendo personajes, nuevos, pero es uno en particular (que termina haciéndose un hueco fijo en la serie) el que aporta, en mi humilde opinión, el mayor peso cómico capítulo a capítulo (Claudia, una chica con gran dominio de la informática y todo lo que se pueda separar en cables). Hable con quien hable, siempre te hace reír.Resulta muy graciosa.

El resto de recurrentes lo conforman, Leena, una lectora de auras que  regenta la pensión donde viven Peter y Myka (y que de vez en cuando les hecha una mano en el almacén), Steve futuro nuevo agente y Artie que es, por así decirlo, el jefe de todos ellos. Un jefe con un turbio pasado que se irá desgranando poco a poco.

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